Siguiendo con los post acerca de los roles de género, no puedo pasar por alto el tema de la Masculinidad, entendiendo ésta como el conjunto de atributos asignados al rol tradicional del hombre en razón de su sexo biológico. Al referirme a este tema no puedo sino comenzar diciendo que una vez más la masculinidad es un rol que se asigna culturalmente.
En este sentido pues, la masculinidad se adquiere con el roce social y la educación que recibe el hombre desde pequeño, elementos que lo condicionan para ser un macho. Pero ¿qué es un macho culturalmente hablando? Existen múltiples elementos que lo componen, entre esos se encuentra la virilidad, la valentía, la represión sentimental. Estos elementos configuran socialmente lo que debe ser el macho, adicionados a otros como la prevalencia del “instinto” sobre la mente y la adicción a las mujeres, con lo cual quiero referirme a esa famosa excusa de que el hombre es mujeriego e infiel por naturaleza, algo que culturalmente se ha reforzado bajo la excusa de que es natural, por tanto el macho busca instintivamente la continuidad de la especie, esparciendo su “semilla” por donde pueda, en realidad no creo que ser mujeriego para el hombre sea más natural que ser “puta” para la mujer, pero eso es harina de otro costal.
La masculinidad se construye además a partir de un pequeño elemento distintivo en el hombre: el falo. A partir de éste se genera una cultura, según la cual, prevalece y tiene más valor el macho con su falo al que considera superpoderoso y a través del cual domina a la mujer, que a su vez, carece del falo. En mi opinión, pienso como diría Isabel Allende “no es más que un pequeño y caprichoso apéndice” a lo que yo le agregaría la palabra “sobrevalorado”.
Como ya dije que la masculinidad se construye en la educación, el hogar es pues, un elemento fundamental en ese proceso, porque es allí donde comienza la idea del machismo y de cómo debe ser un “verdadero macho”, de este modo el hijo varón crece con una profunda represión sentimental y una inmensa libertad de exploración de su sexualidad, en tanto y cuanto, ésta implique sexualidad dirigida hacia la mujer como el objeto de su deseo. Para el padre su hijo es más macho mientras más joven se inicie en la vida sexual, mientras más atlético sea, mientras más rudo se muestre, mientras más pornografía vea.
En el proceder de la masculinidad, la madre se erige como una de las primeras “machistas” (sin juzgar en este caso) que imprime a su hijo esa cultura, por cuanto ella lo educa también desde pequeño para ser todo un macho, por ejemplo le repetirá desde la cuna algo como “¿para quién es ese pipicito? Para las mujeres”, adicionalmente se encargará de hacerlo sentir como el rey de la casa, quien todo lo merece, quien no tiene que mover un dedo, sin duda alguna el sucesor al trono de su padre, tanto así que cuando este último esté ausente, el hijo pasa a tomar ese papel de macho dominante y protector de la madre y las hermanas, por decirlo de algún modo. La madre también será una de las primeras en consentir los noviazgos de su hijo desde muy pequeño y sin duda alguna la primera en aceptarle que lleve múltiples novias al mismo tiempo en la casa, así como también le aceptará una de tantas cosas que jamás consentiría a sus hijas hembras: que éste lleve las novias a dormir y tenga relaciones con ellas en casa. De esta manera crece el joven con un concepto muy claro de lo que puede y debe hacer para ser un completo macho y, en cierta forma, inocente de que su conducta no es natural, sino completamente inducida e inculcada.
En este sentido pues, la masculinidad se adquiere con el roce social y la educación que recibe el hombre desde pequeño, elementos que lo condicionan para ser un macho. Pero ¿qué es un macho culturalmente hablando? Existen múltiples elementos que lo componen, entre esos se encuentra la virilidad, la valentía, la represión sentimental. Estos elementos configuran socialmente lo que debe ser el macho, adicionados a otros como la prevalencia del “instinto” sobre la mente y la adicción a las mujeres, con lo cual quiero referirme a esa famosa excusa de que el hombre es mujeriego e infiel por naturaleza, algo que culturalmente se ha reforzado bajo la excusa de que es natural, por tanto el macho busca instintivamente la continuidad de la especie, esparciendo su “semilla” por donde pueda, en realidad no creo que ser mujeriego para el hombre sea más natural que ser “puta” para la mujer, pero eso es harina de otro costal.
La masculinidad se construye además a partir de un pequeño elemento distintivo en el hombre: el falo. A partir de éste se genera una cultura, según la cual, prevalece y tiene más valor el macho con su falo al que considera superpoderoso y a través del cual domina a la mujer, que a su vez, carece del falo. En mi opinión, pienso como diría Isabel Allende “no es más que un pequeño y caprichoso apéndice” a lo que yo le agregaría la palabra “sobrevalorado”.
Como ya dije que la masculinidad se construye en la educación, el hogar es pues, un elemento fundamental en ese proceso, porque es allí donde comienza la idea del machismo y de cómo debe ser un “verdadero macho”, de este modo el hijo varón crece con una profunda represión sentimental y una inmensa libertad de exploración de su sexualidad, en tanto y cuanto, ésta implique sexualidad dirigida hacia la mujer como el objeto de su deseo. Para el padre su hijo es más macho mientras más joven se inicie en la vida sexual, mientras más atlético sea, mientras más rudo se muestre, mientras más pornografía vea.
En el proceder de la masculinidad, la madre se erige como una de las primeras “machistas” (sin juzgar en este caso) que imprime a su hijo esa cultura, por cuanto ella lo educa también desde pequeño para ser todo un macho, por ejemplo le repetirá desde la cuna algo como “¿para quién es ese pipicito? Para las mujeres”, adicionalmente se encargará de hacerlo sentir como el rey de la casa, quien todo lo merece, quien no tiene que mover un dedo, sin duda alguna el sucesor al trono de su padre, tanto así que cuando este último esté ausente, el hijo pasa a tomar ese papel de macho dominante y protector de la madre y las hermanas, por decirlo de algún modo. La madre también será una de las primeras en consentir los noviazgos de su hijo desde muy pequeño y sin duda alguna la primera en aceptarle que lleve múltiples novias al mismo tiempo en la casa, así como también le aceptará una de tantas cosas que jamás consentiría a sus hijas hembras: que éste lleve las novias a dormir y tenga relaciones con ellas en casa. De esta manera crece el joven con un concepto muy claro de lo que puede y debe hacer para ser un completo macho y, en cierta forma, inocente de que su conducta no es natural, sino completamente inducida e inculcada.
5 comentarios:
Bueno verdaderamente dejame decirte que tienes toda la razon en esto que mencionas, la siembra de la cultura machista bajo la falsa capa de masculinidad es hoy por hoy el pan nuestra de cada dia, donde evidenciamos que el hombre que tenga mas mujeres, el que aguate mas licor, el que no le importe herir sentimientos y hasta fisicos es el que es mas macho!!! Hagamos un alto a esto, NO SEÑORES!!! Es necesario infundir en las generaciones de relevo ese caracter humano de respeto sobre todo al sexo femenino (Recordemos que venimos de una mujer) a ninguna nos gustaria que nuestras madres, hermanas e hijas sean tratadas simplemente como objetos de satisfaccion sexual poniendo a un lado sus sentimientos, pensamientos y valor moral. Soy hombre tengo un bello hijo y solo deseo infundirle buenos modales y la sensibilidad necesaria para que en el futuro sea un hombre de bien. Ya que simplemente cuando la especie humana aprenda a valorarse y respetarse alcanzaremos la cuspide de la convivencia...
Me encanta que estés educando a tu hijo de esa manera, no creo que se pierda masculinidad por amar a una mujer desde el respeto...por otra parte, considero que esta idea preconcebida de la masculinidad es histórica y convenientemente reproducida a través de las generaciones
Desgraciadamente aquí en Venezuela (Como en toda sociedad latinoamericana tercermundista) se le entrena culturalmente para ser "el duro". Por ejemplo: Aquí esta mal visto que un hombre "llore" (Yo soy muy llorón y eso me ha traído bastantes problemas)...
KAM: Imagínate tú, exactamente a ese tipo de cosas me refiero ¿por qué no puedes llorar? eso no es problema de nadie si tú quieres drenar así, pero me imagino que por llorón más de una cosa te habrán dicho.
Besos
Lycette: Bueno es que era sensible e irritable en una época (tal vez sea mi naturaleza), no podía aceptar un regaño aunque fuera simple...
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