Tomémonos

Tomémonos por asalto en cualquier momento
en que nos invada el deseo,
en cualquier lugar y a cualquier hora,
en las calles, un carro, un ascensor, un vehículo,
en privado o ante el escarnio público,
súbitamente como un infarto,
planificar en cuestión de artes amatorias
es asesinar el deseo, mutilarlo, aniquilarlo,
lapidarlo entre las piedras del aburrimiento.
Arranquémonos las ropas, la piel, el alma,
entregarse es algo que sólo se hace en desnudez,
seamos libertarios de las ganas, de la pasión,
muérdeme fuertemente, hazme sangrar por completo,
vuélveme loca, haz renacer mi corazón cansado,
recórreme con tus manos,
permíteme aplastarte contra cualquier muro,
un sillón, una cama, un vidrio,
apoderarme de tus orgasmos, hacerlos míos,
hacerte llover en mis manos.
Vamos a revolcarnos, así, sexualmente, sin tapujos,
sin amor, sin palabras, sin promesas, sin mañanas,
vamos a gemir en el oído ajeno,
gritar el placer conseguido en las notas más altas,
dejarnos marcas imborrables, que todo el mundo se entere
que compartimos íntimamente con alguien,
un morado, un rasguño, aférrate a mis lóbulos con tu lengua,
pósate sobre mí, rodemos plenamente por el suelo,
entreguémonos a lo improvisado,
desgastémonos por completo,
para yacer en la satisfacción plácidamente, por un momento.

LYCETTE SCOTT