7 de agosto de 2010

Venezuela como destino turístico

Actualmente y aún con la crisis económica, la crisis social, la inseguridad y los problemas políticos me lleno la boca, me jacto y repito donde me pare con el mayor orgullo que vivo en el país más hermoso de todos. En esta patria donde yo nací se encuentra un sinfín de posibilidades para explotar turísticamente y es que en una extensión relativamente pequeña contamos con bosques, playas, selva, desierto, llanos, montañas.
En mi Venezuela querida he visto los mejores amaneceres y los mejores atardeceres, ese sol imponente apareciendo o desapareciendo detrás de una montaña o cerquita de la mar colmada de gaviotas. Mi país cuenta con unos espacios naturales insuperables y una gastronomía típica digna de exportación, quien no se ha comido una buena arepa en alguna de sus múltiples presentaciones no sabe lo que es experimentar un sabroso orgasmo culinario.
Siempre he considerado que vivir de la explotación turística para Venezuela sería una mejor opción que vivir del petróleo o, mejor aún, pudiéramos conjugarlos a ambos, sí conjugarlos porque el dinero que entra a chorros en las arcas del Estado por concepto petrolero podría y debería emplearse entre otras cosas para construir turismo, pero ¿Cómo hacerlo? Fácil, construyendo carreteras que nos conduzcan de un extremo a otro, las cuales por supuesto se deben mantener en buen estado, creando infraestructura turística, hoteles, posadas, restaurantes y taguaras, ofreciendo a nacionales y extranjeros la posibilidad de conocer las maravillas que esta hermosa tierra tiene para ofrecer.
Algo interesante por ejemplo, sería explotar el turismo desde la comunidad, capacitando a las personas para generar una cultura de servicio y que esos ciudadanos de a pie que quizás carecen de una educación académica, puedan prestar servicios turísticos en sus comunidades, porque sólo ellos conocen lo que es suyo, conocen su gastronomía y sus parajes cercanos, con todos los cuentos de camino que rodean su comunidad.
Considero que a través del turismo es posible configurar un país que no dependa del petróleo, que cuando éste se acabe tenga otras fuentes de ingreso, uniendo a los oriundos de una comunidad con los licenciados y técnicos en turismo en un esfuerzo para prestar servicio, crearíamos millones de fuentes de trabajo y podríamos tener más entradas de dinero que algunas islas como Aruba y Curazao (entre otras) porque tenemos a nivel de paisajes muchísimas más cosas que ofrecer.
Creo, en fin, que si tuviera la oportunidad de sugerirle una política alternativa a nuestro gobierno, sería sin duda la de incentivar el turismo, le diría que deje de expropiar hoteles y que más bien preste apoyo a posaderos y hoteleros por igual, que acomode las vías y combata la inseguridad, para que el turista se sienta mejor que en casa y que comience a prestar apoyo desde la capacitación hasta en dinero a todos esos ciudadanos de a pie que viven en zonas con especial potencial turístico, para que éstos dejen de pasar hambre, se ayudaría a la comunidad y se ayudaría a construir una Venezuela con una alternativa: un destino para ser visitado. Es momento de demostrar que este país es más que política, subdesarrollo e inseguridad, mi tierra natal es un paraíso digno de ser mostrado y vendido con orgullo para los turistas.

5 comentarios:

er chepo dijo...

Negrita, en Venezuela es casi imposible vivir del turismo, por una razon muy sencilla: el venezolano NO TIENE volundad de servir a la gente, creen que eso es trabajo de 2da,buscan la trampa para "joder al turista". Por eso por mas bellezas que tenga el pais a nivel geografico, si no hay un cambio de mentalidad, es poco lo que se puede hacer (te lo dice alguien graduado en hoteleria, y vivio en Los Roques y Margarita).
Besos

Oswaldo Aiffil dijo...

Yo creo que con un poco más de seguridad personal es mucho lo que se puede hacer. La mentalidad existe aunque quizás no esté bien orientada, pero escapa de las manos del empresario turista el poder proteger a los visitantes desde que llegan al aeropuerto hasta que se van. Tiene que sortear múltiples apuros y no siempre se encuentra ayuda al acudir a la policía. Eso ahuyenta al turista y nos deja de manos atadas. Eso si, los paisajes son únicos e irrepetibles en este hermoso país. Un beso mi Liz!

Camilo Ernesto Reyes Rodríguez dijo...

Lo que hace falta aquí es "un poco de cultura por lo nuestro", el venezolano promedio menosprecia lo suyo que no sabe transmitirle eso al turista...

Lycette Scott dijo...

En esta oportunidad les contestaré a todos por igual, creo que ciertamente hace falta incentivar, que hace falta generar una cultura de servicio y eso puede lograrse con un trabajo sostenido y si la gente ve los frutos de lo que hace.
El problema es que no hay un verdadero incentivo al turismo

LicCARPILAGO dijo...

pues mientras su bendito presidente siga en el poder dudo mucho que algo de todo esto cambie para bien.
Venezuela debe ser un verdadero paraiso, pero se lo esta llevando el diablo.
Ojala algun dia se logre porque se ve realmente hermoso.

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