Héctor Seijas y su homofobia

En días pasados se hizo del conocimiento público el artículo “Yo sí soy homofóbico” del señor Héctor Seijas, Jefe de redacción de la Revista a Plena Voz, algo que a mi me parece muy importante señalar, en primer lugar porque esta revista se precia de ser una “Revista Cultural de Venezuela” y en segundo lugar porque, al menos en teoría, no estamos hablando de cualquier aparecido sin credenciales al que un buen día le dio por emitir opiniones alocadas sobre el primer tema que le vino a la cabeza (aunque así pareciera).

Para información del público en general que no desea leer el artículo del mencionado individuo, este señor se refiere a la comunidad Sexo Diversa en términos tales como: enfermos, gente malvada con extremas patologías, esperpentos, desechos entre desechos, maléficos y dañinos, entre otros. Sólo le faltó, pedir el regreso de la inquisición o del nazismo para pedir que todos los maricos y cachaperas (términos que aquí empleo en el tono peyorativo en que él lo haría) sean quemados en la hoguera o ejecutados en cámaras de gas y sumariamente.

Como era de esperarse, el artículo ha causado un gran revuelo entre la comunidad LGBTTI venezolana y entre los activistas de Derechos Humanos, sin distinguir posiciones políticas. No sorprende que exista gente que opine así acerca de la sexo diversidad porque a diario luchamos contra eso, sin embargo la falta de sorpresa, no implica que aplaudamos o debamos tolerar esta homofobia, descalificación y ataque injustificado. Básicamente este fulano se levantó un día con ganas de atacar a una minoría y descalificar sin exponer en ello siquiera algún argumento válido para hacerlo, por lo que sería interesante invitar al señor este (si es que se le puede llamar así) a un debate público con activistas e intelectuales LGBTTI, para ver si allí consigue ganar en argumentos y explicar ¿por qué el odio irracional hacia las minorías sexuales?

Ahora bien, dentro de todo esto lo que yo me pregunto es: ¿es válido suponer que todos los jefes y superiores de Seijas en la revista son partícipes de tal opinión? A mi no me cabe duda de que la respuesta es afirmativa, porque publicar la revista pasa también por un procedimiento de edición, diseño, redacción y afines, durante el cual (por lo visto) nadie se atrevió a llamar la atención de este personaje.

Pero además de todo, estamos ante una situación de abuso de los medios, si alguien está claro en el poder que tienen los medios para divulgar información e influir en la manera de pensar de la ciudadanía, es este señor, para nadie es un secreto que la propaganda empleada de una cierta manera tiene unos efectos determinados, así pues, que esta servidora considera que se trató de una acción deliberada de Seijas, dirigida a “masificar” de cierta manera el odio hacia las Lesbianas, Gays, Transgéneros, Transexuales e Intersexuales.

Vista la situación la primera acción a tomar, debería ser pedir unas disculpas públicas al colectivo Sexo Diverso venezolano y otorgar además un derecho a réplica en la revista, adicionalmente como propusieron las Organizaciones que defienden los Derechos de personas LGBTTI, no estaría demás elaborar un número de la revista dirigido a acabar con el tabú, la discriminación y la homofobia de la que fuimos testigos con este escrito.

Quiero cerrar diciendo: Gracias Seijas, por servirnos de termómetro y darnos una idea clara de lo que se piensa en los pasillos de la Revista de la Cultura Venezolana, nos has otorgado otra oportunidad para exigir políticas antidiscriminatorias efectivas y recordar la importancia de la educación en esta materia, de la protección de derechos civiles, ciudadanos y humanos a las personas Sexo Diversas y para restregarle en la cara a los partidos oficialistas y opositores que la Agenda LGBTTI debe ser una prioridad de cualquier partido que se llame a sí mismo “inclusivo”.