El siguiente escrito salió de la mano de Alexey Martínez, un querido amigo de esta servidora y contiene un relato de primera mano sobre lo ocurrido en la Plaza Altamira el 19 de febrero:
"19 de febrero, ya luego de una semana de protestas en Caracas y casi dos en
otros estados, me encontraba en Plaza Altamira tomando las fotos de rutina; ya
los siguientes días luego de comenzar, la gente me apoyó mandando claves de
WiFi de la zona o le enviaba a amigos las fotos por Whatsapp debido a que
resulto más rápido y ágil que ellos las replicaran que a subirlas yo mismo. Ya
caída las 7:30 de la noche estaba caminando tomando fotos por la Avenida del
Avila, subiendo y bajando, aspirando “gas del bueno” viendo los ojos llorosos
de los demás, gente que se desmayaba y caminaban mareados, mientras le escribo
por Whatsapp a una persona que replicaba mis fotos “No sé si irme… en dos
patadas van a subir” me detengo en la esquina donde se encuentra el edificio de
la famosa Auto-Escuela Rossini e inocentemente me tomo una “selfie” para
mandársela a esa persona, sin saber lo que iba a pasar unos segundos después.
Lo siguiente que vi fue gente corriendo, tiros al aire y los gritos de la gente
corriendo aterrorizada, mi reflejo fue caminar y pegarme a la pared bajo un
pequeño techo que se encuentra ahí y agacharme viendo en dirección al hotel
Four Seasons, una muchacha se sentó frente mío con el pánico dibujado en su
cara y detrás mío una pareja, mientras yo veía claramente a los policías en sus
motos parados en la Avenida, la mujer detrás de mío gritaba desesperadamente
acorde al sonido de las explosiones y su acompañante trataba de calmarla, pude
decirles, “calma que esto va a ser rápido”; Los que han visto los vídeos de
este suceso en youtube, luego de los primeros disparos al aire, podrán escuchar
unos sonidos metálicos, que son de las balas cayendo. Le pregunto a la muchacha
que esta frente a mí, mientras los policías disparaban con las escopetas gases
y perdigones: ¿estás bien? Y asiente con la cabeza, y tratando de calmarla le
digo “Hubiese sido buena idea irnos hace 10 minutos ¿verdad?” a lo que
respondió con un “coye sí” , mientras le decía esto, observo a un policía a
unos 30 metros en el entre cruce de la Av. Luis Roche que me está viendo y nos
grita algo mientras apunta hacia nosotros con la escopeta, sentí como se me
subió el corazón a la garganta, le digo a la chica “no te muevas” - ella estaba
mejor protegida que yo con una caja metálica que tenía a sus espaldas y todo lo
que veía era mi cara, que lo más seguro era una cara de terror-.
El policía disparo desde allá y sentí algunos perdigones pasando cerca. Algo
distrajo a los policías y comenzaron a disparar perdigones y lacrimógenas de
forma desmedida hacia el otro lado de la calle de la Avenida Avila, esto me dio
chance de quitarme el shemagh, la gorra y el radio transmisor, para meterlos en
el bolso por si tenía que correr. Los policías que iban de parrilleros se
bajaron de las motos y uno de ellos comenzó a caminar hacia nosotros, esto
termino de asustarme. No es mi intención aderezar de drama este artículo, pero
no es mentira cuando dicen que en esos momentos uno piensa una serie de cosas y
el tiempo pasa muy lento, solo alcanzo a recordar que me dije a mi mismo, “Dios
aquí fue, que triste que sea así, frente a una completa desconocida, no es justo”;
Así como también me recriminé por no haber dicho ciertas cosas a ciertas
personas, o haber hecho todas esas cosas que quería hacer, no haber
cumplido.
Justo en ese momento vi que el policía portaba una escopeta y me paso por la
cabeza, que habría un chance si esa escopeta solo tenía perdigones, solo sería
un dolor intenso y heridas quizás superficiales, veo a la muchacha y le digo,
“dame la mano y no me sueltes” en algún intento desesperado por salir de ahí, a
mi cabeza se le ocurrió que si aparentábamos ser una pareja el policía se
apiadaría de nosotros. Nos paramos y caminamos hacia él, la pareja de atrás
hizo lo mismo, el policía mientras venia se distrajo con unas personas que
estaban en la entrada del edificio, pero luego se volteo y nos dijo con un tono
amenazante: ”muévanse, arranquen”, mi temor en ese momento fue que nos
disparara por la espalda. Pude cruzar la calle entre las motos de los
manifestantes, que fueron derribadas en el suelo por la policía y finalmente
pude irme a casa, algo que no pudieron hacer muchos de los que se quedaron
encerrados en los edificios o se llevaron detenidos.
Luego me enteré que uno de los jóvenes que se encontraba en el área, perdió un
ojo cuando dispararon una bomba lacrimógena con una escopeta.
Una vez ya en mi casa, me sentí a salvo, sin embargo, lo peor estaba por venir:
Pude ver como frente a mi casa paso una caravana de treinta motos, liderados
por unos diez hombres con uniforme táctico negro, armas largas y el resto eran
Policías Nacionales con escopetas, no tardaron en comenzar las denuncias de
avistamientos de grupos similares liderados por estos hombres con uniforme
negro, realizando persecuciones, tiroteos y detenidos. Gracias a las redes
sociales, se pudo observar vídeos de los colectivos y guardias nacionales
haciendo desastres a lo largo de la ciudad. Una táctica para sembrar miedo en
la población, zanjar y tratar de culminar con una semana de protestas que han
mostrado la cara del descontento popular"
Por @AlexeyMartinez
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