¿Por qué me
enorgullecí de ese montón de venezolanos que marcharon hoy? ¿por qué me conmoví
hasta las lágrimas al escuchar el coro del ‘gloria al bravo pueblo? Hemos
vivido 17 amargos años, en los cuales hemos visto progresivamente y como en
cámara lenta el deterioro de un país que antaño se preciaba de una riqueza
inagotable.
Hoy, miles
de venezolanos salieron a la calle con una agenda clara: exigir que se de
celeridad a la convocatoria del referéndum revocatorio, y eso no es poca cosa.
Adiós a la consigna del ¡vete ya! Bueno, más bien sustituida la consigna por un
clamor: ¡danos la oportunidad de despedirte! Como se despedía a los empleados
que no servían en su trabajo antes de que nos azotara la inamobilidad laboral.
Venezuela quiere un cambio, un cambio pacífico y democrático. Eso a mí me
parece rescatable.
La
decepción de algunos, a mi parecer ocurre por esa desesperación (tampoco
criticable) de salir de este problema ya, pero no desmayemos que hoy se
demostró que cada vez estamos más cerca. Que una marcha no tumba gobierno, ya
lo sabemos de sobra. Lo sé yo que marché por primera vez a los 18 años, que son
hace ya 14. Lo que una marcha como la de hoy sí hizo, fue demostrar que hay una
mayoría sólida que se ha construido a pulso durante mucho tiempo, así como
aprenden los muchachitos por ensayo y error, hemos aprendido nosotros que la
salida es a través de las urnas electorales. Lo que una marcha sí hace, es
decirle al gobierno: ¡epa pana, aquí estamos! somos muchos y no nos puedes
seguir ignorando. Tus trabas, tus amenazas, tu abuso de poder no nos detendrá,
porque estamos decididos a cambiar.
Esta vez,
los propósitos son claros, y ya no se trata de salir de un partido político por
capricho, sino de salir de una crisis honda y triste. Ahora se trata de pedir
un cambio de verdad, de volver a un país en el que las señoras consigan todo lo
que necesiten para alimentar a sus familias, de volver a un país en el que la
gente no se muera por falta de medicinas, de volver a un país en el que la
inflación ya no sea un hoyo negro por el que nos vamos todos. Creer algo
distinto ya es un asunto personal, marchar creyendo que el gobierno caería hoy,
es una expectativa que uno se crea solito, marchar creyendo que todos los
problemas se van a solucionar tan pronto salgamos de esta gente, también es una
falsa expectativa. Hoy se marchó pidiendo la oportunidad de darle inicio a un
cambio que tomará muchos años construir.
No es
imposible, pero tampoco es fácil. No caigamos en los lugares comunes de la
desesperanza, porque sí se puede, y para muestra un botón: hoy tenemos una
Asamblea Nacional que se ganó electoralmente sorteando múltiples obstáculos,
una Asamblea que se ganó a pulso, frente a la cara de un gobierno que se esmeró
en decirnos a diario: no van a poder, yo lo soy todo, nada fuera de mí, todo
dentro de mí ¡y se pudo! Entonces, ¿quién dice que no se logrará un
revocatorio? ¿quién dice que el futuro es imposible? Es incierto sí, pero
imposible no. La perseverancia nos ha llevado lejos, nos ha hecho
cohesionarnos, poco a poco hemos aprendido a escupir el cuentico de la
violencia, a pararnos de frente al poder y decirle: no vas a poder conmigo.
A mi me
parece maravilloso ese ejercicio de reencuentro en las calles, lejos de una cola
para comprar alimentos, ese momento en el que reconoces en el otro a alguien
como tú, ese momento en el que recuerdas que no eres el único descontento, que
hay otros lugares para la reconciliación, y también me enorgullece que esos
encuentros se produzcan en un ambiente de paz.
Gracias a
tí que marchaste, a tí que exigiste tus derechos, a tí que caminaste largos
kilómetros para llegar a la toma de Caracas. Gracias porque llevaste en tí el
sentir de una nación asqueada del día a día, porque representaste al niño que
va a la escuela sin comer, a los enfermos que han muerto menguando medicinas, a
mi mamá y mis tías que luego de trabajar largos años sufren de una vejez en
crisis, gracias porque me llevaste a mí que no pude estar contigo, porque
representaste el sentir de familias separadas en la policromía del aeropuerto
de Maiquetía. Gracias, porque desde lo que ví en la lejanía, aprecié unión y
las grandes avenidas de Caracas y de otras ciudades, repletas de venezolanos
como tú y yo, pero sobretodo como tú, de esos que ven al poder con menos temor
cada día.
Gracias
porque quieres cambio y porque hoy sabes que hay que trabajar para lograrlo,
gracias por no tener miedo (o por enfrentarlo), gracias porque no haz perdido
la esperanza, gracias porque no abandonas el sueño de un mañana mejor. No
desmayes, no desmayemos, 17 años en la historia de un país se viven largos,
pero son una corta historia. ¡Sí se puede! ¡Ya ganamos una vez y podemos
volverlo a hacer!
No dudes,
por largo que sea el camino, que en un futuro cada vez más cercano podremos
decir nuevamente que murió la opresión y no olvides que como reza el himno:
¡compatriotas fieles la fuerza es la unión!
3 comentarios:
Muy buen análisis. Sin embargo difiero en algo contigo: como dije en mi blog, creo que el hecho de que somos mayoría se sabía hace mucho tiempo y que la abrumadora cantidad de personas que asistieron a la convocatoria fue reflejo no del poder de la MUD (que ya existe) si no de la voluntad del pueblo de querer tomar las calles de manera pacífica para reclamar sus derechos.
Esto lo vemos, por ejemplo, en las elecciones legislativas del 2015: el poder de convocatoria de ese entonces de la Mesa de la Unidad era muy bajo en comparación ahorita y sin embargo ganamos en votos y nos hicimos con 2/3 de los escaños.
Entonces ¿no somos mayoría hace tiempo?
Por esas razones me inclino a pensar en que lo que cambió fue la credibilidad en la MUD tras las elecciones y las ganas de cambio motivo del hambre y la arrechera que causa el gobierno.
Por cierto, un placer, me llamo Carlos Reina y recién ingreso en esto del blogging. A penas hoy subí mi primer post (aunque lo tengo escrito desde ayer). Si pudieses darme alguna sugerencia para iniciar (y mantenerme) en el blogging la aceptaría de buen grado.
Eso es todo. Muy bueno tu canal. Te ganaste mi suscripción. Nos estamos leyendo.
Hola.
Te escribe Maria Ordoñez, un placer saludarte.
Quería hacerte una propuesta de beneficio mutuo con el blog que manejas , si estas interesado y quieres te informe un poco más sobre dicha propuesta, esperamos una respuesta de tu parte confirmándonos para así poder enviarte toda la información necesaria con respecto a lo mencionado.
Quedo a tu disposición y a la espera.
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