Trampa de pasión

Después de mucho pensarlo, te invité un día a salir

no quería una gran cosa, solamente tenerte cerca,

así que te llevé a cenar, pero no probé bocado,

lo único que quería en mi boca aquella noche

era tu sexo palpitante.

Mientras tú hablabas de cada cosa que se te ocurrió

yo me dediqué a observarte descaradamente,

tus manos bien cuidadas invitaban a tocarme

esos labios carnosos provocaban travesuras,

tus ojos claros fueron ventana abierta al mundo.

Finalizada la formalidad gastronómica

recorrimos la ciudad entera buscando algo exacto,

aunque todavía no sabíamos que era,

pero allí estaba esperándonos el rincón perfecto

con privacidad suficiente y comodidades inciertas.

Tomé tus manos y te invité a tocar piano,

una pieza cualquiera pero sobre mis senos,

mientras me desvestías, yo apoyada sobre una pared

mordí apenas tu labio inferior

y salió tu sangre que me supo a sal y gloria,

te tumbé en el piso y me detuve en cada paraje

que se me ofreció abierto en el túnel de tu cuerpo,

mientras tu lengua de serpiente

escribió una sinfonía en mi vagina

¡cuanta música escuché aquella noche!

Me enredé en el torbellino de tu amor

y recostada en tu espalda perfecta

mientras descansaba mi agite en tu cuello,

descubrí que fuí cazador casado

en un juego que no sé cuanto duró

¿quién cuenta los minutos cuando se está amando?

caí en la trampa que preparé para tí

e indefensa me dejé hacer cuanta cosa prosaíca se te ocurrió

¡¡¡como es de sabroso...pecar por esta pasión!!!.

LYCETTE SCOTT