25 de octubre de 2008

Poema de Amor Jurídico o de cuando la cláusula 'prior amore, potior iure' no tiene importancia:

¿Por qué me dejaste amor? Si yo, reconozco jurídicamente que te amo;
Cómo no apelar a vos? si fuiste mi recurso de amparo; mi tribunal de casación;
mi unificador de sentimientos; mi única instancia;
¿Cómo no reconocer tus derechos posesorios sobre mi?
Si en mi desarraigo fuiste mi domicilio constituido
o procesal(nunca supe la diferencia amor, ¿la hay?)
Y aquellas noches amor, oh!!!; Cómo olvidarlas!!!;
Si en ellas vivimos los hechos conducentes, que en definitiva,
permitieron mi apertura a prueba.
Y es cierto mi amor, sé que la documental no llegó a cumplirse,
pero debes reconocer, al menos, que en la confesional
mis sentimientos fueron más claros que nunca.
Casi diría que hicieron plena prueba.
Ay amor! Mi dulce exhorto!; Mi notificación válida,
mi posesión legítima, aunque viciosa, mi sentencia favorable y definitiva:
¿por qué me abandonaste?; ¿Porqué tuviste esa dura contestación a mi demanda?
¿Acaso no cabe, todavía, en tu corazón un recurso extraordinario?;
¿Acaso no transarías, no conciliarías?;
¿No homologarías, no acordarías?
Mi amor, larga viene siendo mi espera y mi quita;
Mi amor, el tiempo corre y los sentimientos caducan ¿o prescriben?
(Maldita confusión entre caducidad y prescripción!)
¿Sabes? Con este poema jurídico y amoroso, amoroso y jurídico,
espero revertir la carga de la prueba, espero tu última respuesta,
pero sin chicanas amor, que mi dolor no las toleraría.
Es que no puedo negar que mis sentimientos entraron en cesación de pagos,
pero por favor amor no me pidas la quiebra.
Busquemos un acuerdo preconcursal o preventivo.
Busquemos una salida, la que prefieras, porque sino amor, moriré.
Moriré antes de que el proceso alimentario haya concluido.
Mi caso federal, cuánto te he amado!;
Y siempre con probidad y buena fe;
¿Y vos como me contestaste?... con temeridad y malicia,
corriéndole traslado a otro, a un tercero, a un (perdón que lo diga)
un 'penitus extranei' que rompió nuestro vínculo.
¡Ay si la 'manus inectio' todavía existiera!
¿Imaginas mi amor con qué parte del cuerpo de ese 'extranei' me hubiera cobrado?;
Exactamente de ahí mi amor, imaginas bien.
Y así y todo mi amor, mi viejo amor jurídico, me dejaste.
Me dejaste amor, me dejaste.
¡Poca miseria amor! Pero sabes?A medida que deslizo mi romántica pluma (Sylvapen 2 km)
sobre este retazo de papel receptor de emociones,
de congoja y negra tinta pegajosa y maloliente que a chorros deja mi frente sucia,
me doy cuenta que lo nuestro nunca hubiera sido posible:
¿Cómo yo, un amante de verás, preparado con Salvat, Zaffaroni, Soler, Abbot et Costello
- entre otros tratadistas más -, pude enamorarme de vos...
.. cometiendo este error de derecho inexcusable ?".
ANÓNIMO
¿QUIEN DIJO QUE LOS ABOGADOS NO TENEMOS CORAZÓN?

2 comentarios:

RAMPY dijo...

jajajajajaja muy bueno
besotes mañaneros Lycette
Saludos
Rampy

Anónimo dijo...

el precepto del código civil español más afín a tu post cuando yo estudiaba decía así: "el incumplimiento de la promesa de matrimonio no conlleva más obligación que el resarcimiento de los gastos causados con motivo de la misma"

y con razón, el amor hay que sentirlo y hay que sentirlo ahora, no vale lo que prometiéramos antes, no tiene por qué valer

un beso

s

Publicar un comentario

Este es un espacio libre, en el cual puede expresarse a gusto y placer, por favor, conserve el buen vocabulario y el respeto hacia la autora y/o los demás lectores.
¡Muchas gracias!
Bienvenid@