El fin de semana pasado tuve la oportunidad de ver una película mexicana llamada "La Zona", sin duda alguna se trata de una excelente pieza que nos muetra la realidad de una sociedad que ha perdido los principios y valores, conforma un retrato de las grandes diferencias existentes entre las distintas clases sociales, la indiferencia de los gobiernos y las personas adineradas hacia los problemas de las clases más bajas y, a su vez, la necesidad de aquellos que tienen mejores condiciones económicas de vivir dentro de ciudades amuralladas, como una manera de esquivar la inseguridad, paradójicamente además marcando claramente la distancia entre ellos (los ricos) y los otros (los pobres), dejando en claro que no está permitido pasar de una clase a la otra. Debo insistir en el alto impacto que produce la película por cuanto muestra una excesiva diferencia entre las vivencias y las condiciones de vida entre las clases altas y las clases bajas, sin duda alguna, una película que no pueden dejar de ver.
SINOPSIS (Cortesía de Mundocine): "Alejandro es un adolescente que vive en una Zona residencial cerrada, autosuficiente y con una fuerte seguridad privada. Tanto su familia como el resto de los residentes, obligados por la creciente delincuencia, el miedo a la violencia y la falta de ley, han elegido ese lugar como último reducto de paz. Durante una madrugada, tres intrusos logran entrar en el lugar para robar en una casa. Durante el ataque es asesinada una anciana, pero dos de los ladrones son abatidos por la guardia privada. El tercer ladrón logra escapar y permanece prófugo en el interior de la Zona. Después de una áspera deliberación y conscientes de la corrupción e ineficiencia reinante, la mayoría de los vecinos de la Zona deciden hacer justicia por sí mismos.
En el sótano de su casa, el joven Alejandro se encuentra, por sorpresa, con el ladrón, Miguel, un joven de su misma edad que, asustado, reconoce su delito y pide ayuda. Mientras la búsqueda continúa, las opiniones de los vecinos del interior de la Zona comienzan a dividirse. Tras muchas vacilaciones, Alejandro decide ayudar a Miguel. Sin embargo, la creciente tensión y el miedo de los vecinos de la Zona, sumados a la presión que ejerce la policía desde el exterior, dificultarán su propósito. En medio de todos estos acontecimientos, Alejandro se verá obligado a crecer y a encontrar su propia visión del mundo".
NOTAS DEL DIRECTOR: "La Zona es la historia de un asalto a mano armada y de la cacería de un hombre, pero sobre todo es la historia de una sociedad rota, dividida, la historia de dos mundos que se temen y se odian entre sí. ¿Qué hacer cuando la ineficiencia y corrupción de quien debe ejercer la justicia nos deja desamparados? ¿Qué hacer en un mundo donde algunos hombres, pocos, son impúdicamente ricos y la gran mayoría desesperadamente pobres? ¿Qué hacer con el terror del que se aísla detrás de un muro y con la frustración del que vive del otro lado? La Zona pretende ser una llamada de atención, una advertencia ante una forma de futuro posible, una forma de vida que cada vez está más cerca.
Al rodearse de muros, los residentes de la Zona prohíben a los otros la entrada, sin darse cuenta de que el mismo muro significa el encierro para ellos. En beneficio de la protección pierden también el derecho esencial a la privacidad, a la intimidad sacrificada en los circuitos cerrados que vigilan a todos, un precio excesivamente alto para una seguridad que nunca será definitivamente segura. No importa el tamaño de la fortaleza, no importa la altura de la muralla; mientras el desequilibrio exista, siempre habrá alguien que se salte las reglas.
El punto de vista es el de un muchacho muy joven, Alejandro, residente de la Zona, que se verá obligado a enfrentarse a un mundo más amplio que el de la comodidad de su propia vida. A partir de los sucesos de violencia que se presentan en la Zona y la posterior relación con el ladrón, tendrá la necesidad de cuestionarse todo. A través del conocimiento de ambas caras del conflicto, iniciará un camino personal que le llevará a forjar sus principios éticos y a encontrar, en medio de ese caos, su propia visión de la justicia: "… tal vez este lado y el otro lado son el mismo, somos la misma cosa. Tal vez debería existir una forma de justicia que nos amparara a todos sin convertirnos en enemigos, sin obligarnos al odio y a la miseria humana". La ley debe existir como forma de regular la convivencia en una sociedad; incluso el que delinque debe tener un marco de justicia para que se decida su castigo.
En el trabajo de la imagen consideré importante explotar el uso de las cámaras de circuito cerrado para generar la sensación de vigilancia permanente y el clima de paranoia constante que se vive a la espera de un "inminente" ataque. Paranoia de los residentes que les conducirá a una opinión peligrosamente totalizadora que no permite en su seno la diversidad de pensamiento, toda acción que contradiga a la mayoría será rápidamente controlada. El uso de diferentes texturas en la imagen me permitió crear una vía para distinguir el afuera y el adentro, enfatizando en el interior de la Zona, un mundo idílico, limpio, tan perfecto que se vuelve un decorado falso e hipócrita".
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