26 de octubre de 2008

Una sinfonia in crescendo cautiva el corazón de una nación

"El cartel de la entrada indica: "Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar. dirección de Gustavo Dudamel". Un poco más adelante, al llegar a la taquilla, otro dice: "Entradas agotadas". El rostro del desilusionado se debate entre el asombro y la resignación. ¿Cómo pudieron agotarse, si acaban de anunciar el concierto?
Esta escena se ha hecho recurrente. Los boletos para ir a una presentación de la oquesta más representativa del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela desaparecen en menos de dos horas de las salas caraqueñas. En el interior del país el furor es similar. Cuando el director venezolano ofreció un espectáculo junto con la Orquesta Juvenil de Lara la jornada fue apoteósica.
Pero aunque Dudamel es catalogado como un héroe nacional -cosa que era inimaginable en el pasado para alguien que no bateara jonrones-, eso no sólo ocurre cuando él está presente. La Simón Bolívar, por sí misma, es cada vez más un objeto de culto en el imaginario cultural venezolano.
Hace unos años muchos no sabían ni si quiera qué era una orquesta. Ahora muestran una actitud diferente. El zapping se detiene en los canales cuando una noticia sobre el sistema nacional sosprende al mundo, como ocurrió el 21 de mayo, cuando se informó que el programa se había convertido en el ganador del Premio Príncipe de Asturias, que se entrega hoy en Oviedo, España.
El compositor Paul Dessene considera que la Fesnojiv ha permitido que se perciba el esfuerzo "gigantesco" que representa un minuto de música sinfónica. "El público ahora tiene contacto directo con músicos, y eso interviene en su apreciación vaolorativa. El logro de formar ciudadanos mucho más sensibles a la música hace que no sólo merezcan el Príncipe de Asturias, sino un Nobel".
María Luisa Arencibia, profesora de Historia de la Música de la Escuela Superior José Ángel Lamas, considera que parte del acercamiento viene dado por el propio método, que permite que el niño disfrute del instrumento desde el principio.
"Eso rompe el distanciamiento. Ya se sabe que no es necesario ser un erudito para preciar la música clásica-explica-. Creo que el antiguo concepto del músico, que se consideraba un vago desordenado, ha quedado atrás, y eso tiene mucho que ver con el sistema. Ahora se sabe que ser músico implica disciplina, rigor, dedicación y estudio".
El director de la Sinfónica Municipal de Caracas, Rodolfo Saglimberni, relata que entró a ver su primer concierto sinfónico cuando tenía 14 años de edad, a diferencia de su hija, quien prácticamente nació en la mitad de uno. "Si hacemos esa ecuación, vemos el cambio. Muchas familias ya tienen un primo, un hermano o un vecino que se dedica a esto".
"El público de este país ha cambiado drásticamente en los últimos 20 años como perceptor de bienes culturales -dice el bandolista Saúl Vera-. Ese cambio, tanto en lo académico como en lo popular, hace que la gente conozca, se sorprenda y disfrute al saber que es parte de esa riqueza. Sienten la música como algo suyo, dejan de ser pasivos y se involucran".
El fenómeno sociológico no sólo implica la aglomeración de gente en las piertas de las salas o en las inscripciones para el año escolar en los núcleos. Actualmente, en la red virtual Facebook, más de 8.000 cibernautas integran diversos grupos de apoyo a la Fesnojiv. Comparten videos, se enteran de nuevas fechas de presentaciones y comentan noticias. Por ello, Vera cree que la desmocratización de la comunicación, construida sobre Internet y otros medios alternativos, ha contribuido con ese progreso.
Chefi Borzacchini, autora del libro Venezuela sembrada de orquestas, expresa que inicialmente hubo escepticismo. "Muy pocos podían creer en ese país pujante, pleno de voluntades, esfuerzos y talentos colectivos, de disciplinas indoblegables, competitividad, profesionalismo y esa rigurosa e ideal organización que Abreu estaba proponiendo".
Borzacchini dice que la aceptación sólo era cuestión de tiempo, que la aventura finalmente terminaría convenciendo al medio cultural. Pero resulta que la perseverancia los llevó más lejos, porque tambien conmovieron al jurado de uno de los premios culturales más relevantes del planeta".
MARJORIE DELGADO AGUIRRE - 23/10/2008
(Diario El Nacional)

7 comentarios:

Gustavo Pérez dijo...

Gustavo Dudamel es un genio, he tenido la oportunidad de verlo varias veces en el Teatro Teresa Carreño, y nunca me ha dejado mal! Gracias a su fama, la calidad de las orquestas venezolanas han dado de que hablar en el mundo!

Un beso negra!

James dijo...

hola
espero pornto este repuesta
un abrazo desde la distancia
espero saber pronto mas de ti.
Jaime

Anónimo dijo...

Me parece fascinante y esperanzador este fenómeno cultural y sociológico de este genial director de orquesta venezolano.
Te mandamos besos multicolores!!!

Anónimo dijo...

Felicidades por sus post y su blog fantásticas ilustraciones me gusto mucho perderme por su blog. muchas gracias.
Reciba un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Negrita, cómo sigues?
Ya bien?

Andrea Podesta dijo...

No tuve la oportunidad de conocerlo, veré de que se trata y luego te cuento negrita!!!!

Amly dijo...

Te diré que los vi en Baden Baden, Alemania y estuve muy orgulloso de ser venezolano. Magnifico el Dudamel ....Existen momentos donde de repente te das cuenta la grandeza del venezolano. Aunque hay otros momentos tambien donde te preguntas donde quedó todo aquello......

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