Nos encontramos a una semana de lo que podría ser las elecciones más importantes de Venezuela en los últimos años, el domingo 07 de octubre, este país decidirá su futuro para los próximos 6 años. No es poca cosa, en un país polarizado y dividido enfrentarse a una decisión como esta, todos los sectores de la población se encuentran alerta ante el proceso que estamos por vivir. Por una parte, tenemos al presidente actual pidiendo que lo ratifiquen en el cargo que ha ocupado durante 14 años, brindándole además la posibilidad de arraigar su Socialismo del siglo XXI, y por otro, tenemos un proyecto distinto y nuevo que ofrece en su discurso un estado de derecho, una democracia social. La elección está en las manos de cada uno de nosotros.
En este momento, mi invitación es a ejercer el derecho más representativo de la soberanía ciudadana, cumpliendo además con un deber que nos corresponde a cada uno como hijos de este hermoso país: VOTAR. No entraré en sugerencias políticas, entiendo y acepto que somos una misma nación en cuyos bandos existe una multiplicidad de preferencias políticas y ¡que sabroso es eso! saber que aún podemos pensar distinto, disentir, criticar, voltear hacia otro lado, pero también podemos sentarnos a una misma mesa porque somos hermanos. ¿No es ese el fin fundamental de la democracia? garantizar el libre pensamiento de los individuos, las libertades sociales, los derechos. Democracia es esa diferencia que nos hace únicos y tener el derecho a expresarla, pero también el poder de ejercerla, sin que ello implique divisiones sociales. En democracia tiene máxima validez una de mis expresiones favoritas: "puedo no estar de acuerdo con lo que dices, pero moriría por tu derecho a expresarlo".
¿Aún no te decides a votar? Recuerda que existe en el mundo una buena cantidad de países en los que la gente se está matando (literalmente) sencillamente por tener el derecho a depositar un papelito en una urna, ese acto simple, rápido y sencillo que se traduce en la elección de un proyecto de país, en la esperanza de un futuro distinto o en la ratificación de un proyecto existente. No caigamos en el error humano más común: dar las cosas por sentado. Tener la opción de expresarse mediante el voto es algo a lo que muchos no pueden acceder y ese pequeño gesto debe considerarse en toda su magnitud: el mañana está en nuestras manos.
Vota por quien tu quieras, como quieras, pero hazlo. Levántate este domingo y ten una conversación pre-electoral con tu conciencia, revisa con ella qué quieres para tu país y toma la decisión como decía una vieja canción "por tí, por tu casa, por lo que esperas", pero también por el colectivo, por aquel proyecto que en tu opinión, ofrezca las mejores garantías y cuente con la mayor cantidad de herramientas para hacer de Venezuela un país mejor.
Quiero llamar la atención acerca del hecho de que no he mencionado aquí candidatos, sino proyectos de país. Esta es una elección adrede, porque considero que el venezolano promedio (tú y yo) debe entender que un país no lo construye un sólo ser humano, nadie ha sido tan perfecto para lograr algo solo, el país no es de un candidato, Venezuela es nuestro terruño y corresponde a cada uno de nosotros poner día a día un poco de nuestra parte para vivir en el país que queremos. No podemos decir que en Cuba o en Europa (según el bando político) se vive mejor y achacar esta condición solamente a los gobernantes, porque si bien éstos eligen los lineamientos generales de una nación, al final son los ciudadanos quienes construyen una sociedad.
La tarea es simple: ¡VOTA! y recuerda que el momento de hacer algo por nuestro país no se agota allí. El voto será sólo la primera piedra que colocaremos en la contrucción del país que queremos tener dentro de seis años. Cada día, en cada gesto, en cada acción, en cada conducta ciudadano, seremos NOSOTROS como un solo colectivo, quienes continuaremos esa construcción que comienza el domingo. El país que queremos depende de nuestra conducta y actitud ciudadanas.
"Cuanto menos se tiene más importante es tu voto.
Los votos construyen hospitales.
Con la indiferencia no se construye nada".
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