Lo confieso, nunca he sido particularmente amante de la literatura venezolana. En términos generales, me parece que los autores clásicos de la literatura nacional llegan a ser bastante tediosos. Aquellos libros como Pobre Negro, fueron un karma para mí, salvo algunas excepciones como Miguel Otero Silva.
Habiendo dicho esto, debo decir también que recientemente ha crecido en mi un interés por las letras criollas contemporáneas, no sé si sea precisamente porque tocan temas de nuestro más absoluto padecer diario. En este orden de ideas y precisamente por su título particular, me animé a adquirir "Caracas muerde" de Héctor Torres y he de decirles que estoy plenamente complacida con su contenido.
El libro lleva al lector a experimentar una serie de sensaciones, yo diría que unas cuantas por página, así que pocos lectores escaparán de cosas como el miedo, la angustia, la sonrisa y la lágrima preparándose para ser derramada. Héctor Torres escribe sabroso, así como quien en una noche de tragos te va contando anécdotas de momentos vividos, leyendas urbanas, chistes y cuentos de terror, así como quien no quiere la cosa, pero cuando vienes a ver, te devoraste el libro por mucho que quisiste alargarlo.
En tal sentido, les recomiendo ampliamente correr a la librería más cercana y buscar su copia de este libro que además de ser encantador, es económico.
SINOPSIS: El crecimiento imparable de los índices de criminalidad en Caracas, la sitúa a la cabeza de uno de los ranking más despreciables que existen: es una de las diez ciudades más violentas del planeta. Pero más allá del cómputo estadístico, herramienta esencial para comprender la magnitud del problema, la violencia adquiere representaciones emocionales concretas en la vida de quienes la padecen y que dan verdadera cuenta de la profundidad de una herida social, que lejos de curarse, cada día sangra más.
Yo nunca pensé que un libro pudiera definir y abarcar a Caracas en su esencia actual, pero este libro lo hace sin desperdicio y para muestra, un botón:
"En Caracas se puede conocer la sorpresa del primer beso, del concierto de despedida, de la primera cama, de la inesperada reconquista, del último amor. Como en cualquier ciudad del mundo, en Caracas la gente hasta puede aspirar a ser feliz.
De no ser por el miedo".
1 comentario:
Hola, muy buena tu reseña, ¿por casualidad sabes en donde queda ese graffiti del perro? Gracias.
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