5 de mayo de 2012

Pobres niños de Caracas y sus despedidas

Como casi todos los venezolanos que hacemos vida en el mundo 2.0, el día de ayer vi el documental "Caracas ciudad de las despedidas", es claro que al escuchar el nombre me imaginaba algo profundo acerca de la fuga de talentos y capital humano en el país, y las consecuencias que ello implica para nosotros como individuos y sociedad. 

Sin embargo, me encontré con un video de niños "sifrinitos" que parecieran desconocer que existe un país más allá del "este del este", ese pequeño círculo privilegiado en el que se han desenvuelto; y no quiero que esto se confunda con odio, al contrario, a mí misma muchas veces me han dicho sifrina (a pesar de ser clase media), soy orgullosamente egresada de la UCAB y les aseguro que estudié con muchos "sifrinitos del este" que tienen bastante que ofrecerle a Venezuela y que veían las cosas con mayor seriedad que estos chamitos. Entre tantas cosas que estos chicos pudieron argumentar, resultó que sus mayores preocupaciones en la vida son: las alcantarillas caraqueñas, la paranoia de mi mamá cuando salgo a rumbear y la grima que me dan los venezolanos. 

No quiero ser muy dura en la crítica porque considero que es natural que los chamos de 21/22 años se preocupen por rumbear, pero esto no puede ser todo en la vida. Es evidente que algo está fallando en la educación de estos chicos, desde su hogar y su casa de estudios, porque el documental refleja un cierto desprecio hacia el otro y, lo más importante, una falta de educación para el futuro. Se desprende de estos testimonios que estos chicos no tienen idea de que viven en una burbuja, de que existe un mundo más allá, en donde muchos chamos de su edad ni siquiera tuvieron acceso a educación, casa o comida y una evidente indolencia hacia los problemas sociales que no les afectan, la cual quizás venga dada por la falta de formación de un pensamiento crítico que los lleve a ver un poco más allá de sus narices. Es verdaderamente triste observar tanta superficialidad, incluso en chicos tan jóvenes.


Evidentemente, recordé la sempiterna frase: el problema de nuestro país es de mentalidad y no de posición económica. Eso aplica para todos sin importar su ubicación en la pirámide social, como estos chicos demostraron muy bien.

A esa muchacha a la que los venezolanos le dan grima, yo la invitaría a reflexionar que uno tiene que tener un mínimo de amor por lo propio y de respeto hacia el otro. Que el desorden del venezolano es producto de una sociedad que ha perdido la capacidad de organización, que tiene "la cola" metida en la cabeza porque nos es imposible creer que algo pueda ser fácil y organizado. A mí tampoco me gusta que la gente aplauda en los aviones, pero no me da grima, simplemente entiendo que es parte de nuestra idiosincrasia y así lo acepto. Y, lo más importante, le diría que no sienta "pena porque los venezolanos no saben comportarse afuera", por el contrario, debería ir un poquito más allá para cuestionarse cómo ese permanente desorden nos afecta como sociedad y retrasa el desarrollo de nuestro país, porque ese es un desorden que se refleja en todos los espacios que habitamos como ciudadanos. Yo me preocupo además por la falta de valores y mi querida amiga, sentirse superior a los demás, es también un antivalor. 

Sí, es cierto, Caracas es la ciudad de las despedidas, yo misma he visto año tras año mi grupo de amigos reducirse. Caracas es la ciudad en la que diariamente, muchas madres se despiden de sus hijos en un cementerio porque el hampa común se los llevó; Caracas es la ciudad en la que una gran parte de la población joven que tiene aspiraciones, abandona el barco para ir a buscar mejores horizontes. Caracas es una ciudad que llora a sus hijos que hastiados de tanta desidia generalizada, simplemente la abandonan como un trapo sucio.

No culpo a los chicos por querer irse. Seamos francos, somos muchos los que queremos expandir nuestros horizontes. El problema no es la partida, sino la falta de profundidad en el argumento. Si estos chicos fueran un poco más maduros quizás igualmente "se irían demasiado", pero con una idea clara de por qué lo harían; yo podría darles algunas sugerencias:
  1.  Inseguridad.
  2. Falta de separación de poderes públicos.
  3. Crisis económica.
  4. Crisis política. 
  5. Crisis social.
  6. Imposibilidad de tener aspiraciones, por cuanto, lograr algo con un salario en este país es fácticamente imposible. Esas cosas que te hacen pensar: nunca tendré casa, nunca tendré carro, no puedo pagarme estudios de postgrado, apenas si puedo mantenerme (y eso si vives con tus padres).
  7. Pérdida de valores.
  8. Escasez.
  9. Desempleo.
  10. Pobreza.

En fin, razones sobran. Motivos que afectan más allá del pequeñísimo entorno en el que nos desenvolvemos, porque un país no se vive en micro, sino en toda su extensión. 


Finalmente, sólo espero que estos chicos crezcan, maduren, aprendan a mirar más allá de su realidad, aprendan a agradecer porque tienen oportunidades que muchos quisieran tener y no les llegan, y sobretodo, que en algún momento se conviertan en personas de bien que ayuden a la reconstrucción del país y que entiendan que desde Propatria hasta Petare, Caracas es una ciudad minada de individuos definidos por sus experiencias propias, que han tenido acceso a la mayoría de las oportunidades en un contexto de profunda desigualdad, que para mejorar un país se debe comenzar por uno mismo y que los caraqueños anhelamos ver a nuestro pedacito de tierra convertido en una Ciudad de las Bienvenidas. 

7 comentarios:

Roosevelt Gordones dijo...

UFFFF! AMIGA! Mejor no lo pudiste haber dicho...

Tal vez la intención del "documental" fue buena... pero los argumentos fueron los que nos hicieron decir a todos: QUÉ CAGADA!

y tu, ya se los diste!

saludos!

Maria Alejandra dijo...

Mi querida amiga (Como Siempre) EXCELENTE!!! cada frase plasmada no podia definir mejor el documental

Lycette Scott dijo...

Rooseelt, muchas gracias por tu comentario, a mi la verdad el documental me causó un poco de tristeza, aunque respeto la opinión de los chamos.

Mary, muchas gracias. Un abrazote amiga

Santo Lobo dijo...

siento aceptar que también deseo irme del país, pero por las razones sugeridas en el texto, respeto la opinión de los "chamos" pero porque me quedo sólo, o porque la ciudad es fea... ???????

Lycette Scott dijo...

Yo también respeto su opinión, a pesar de que a mi juicio les faltó profundidad, ellos expresan lo que sienten, independientemente de que nos guste o no.
Yo no creo que Caracas sea fea, creo que es una ciudad caótica y descuidada, si tuviera un buen sistema de transporte público, las normas se respetaran, no hubiera inseguridad y estuviera limpia y pintada, sería una ciudad maravillosa ¿suena utópico? sí, quizás lo sea, pero es mi ciudad, me gustaría verla así.
Saludos

RakSay dijo...

Bien, yo vengo de paso, observando tu articulo, que a mi parecer más claro no pudo haber sido. Concuerdo por completo con todo lo que escribiste, desearía una ciudad utópica, más estoy consciente que lo principal que tenemos que cambiar es la mentalidad de personas como esos chamos que usan argumentos que podrían aprovecharse de una manera increíble convirtiéndolos en simples argumentos vanos para expresar sus razones para irse.

Me gustó mucho tu articulo. Saludos

Lycette Scott dijo...

Rak: Bienvenido por aquí. Yo creo que los chamos están en derecho de expresar su opinión y, si a ver vamos, muchos de sus argumentos son ciertos: inseguridad, caos. Lamentablemente, creo que los muchachos no supieron transmitir eso con sus palabras, algo que sí consiguieron en su comunicado posterior.
Saludos

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