En horas de la tarde del día de hoy, el esgrimista venezolano Ruben Limardo se convirtió en el segundo venezolano en ganar una medalla de oro en unos juegos olímpicos, toda una hazaña considerando que Venezuela no obtenía una presea dorada desde 1968 y tomando en cuenta además que en términos generales las delegaciones nacionales no son precisamente conocidas por obtener triunfos entre las élites mundiales del deporte.
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Este joven de 27 años recibió hoy, en medio de muchas lágrimas y la emoción de todo un país, la mejor cosecha que un atleta puede obtener. En lo particular quiero felicitar desde una profunda emoción a este deportista y demostrar mi respeto y admiración por él, me parece un inmenso logro llegar a tales instancias y ganar, en medio de las dificultades que rodean a los atletas de nuestro país. Una de mis mayores emociones y agradecimientos con este joven radica en el hecho de unir a un país dividido por las diferencias políticas, en torno a un combate, a una persona, a una medalla, a una misma alegría.
No diré que se trata de un triunfo de toda Venezuela, al contrario, es un triunfo que pertenece sólo al atleta y a aquellas personas que siempre han tenido fe en él y lo han apoyado durante la larga preparación que lo llevó al día de hoy: toda una vida de trabajo duro. Quiero resaltar además el hecho de que se trata de un muchacho que era un esgrimista derecho innato y que debido a una lesión debió aprender a combatir con su mano izquierda, sólo los grandes logran triunfar de esa manera.
Finalmente, quiero expresar que me parece que hasta ahora, Londres 2012 ha tenido un balance positivo para Venezuela que obtuvo dos diplomas olímpicos, a través de los pesistas: Rivas y Sánchez, quienes a pesar de no regresar al país con medallas, lograron ubicarse entre los 10 mejores atletas en sus respectivas categorías. Considero, que aunque lentamente, el deporte venezolano ha mejorado considerablemente y va por buen camino, esperemos seguir cosechando logros en lo que queda de Londres y obtener muchos mejores resultados en las próximas citas.
Limardo: Toda Venezuela se pone de pie para aplaudirte
en medio de suspiros y sonrisas.
¡Eres grande muchacho!
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