Yo te
quiero borderline,
con tus manías
y depresiones,
aunque
desconfíes de lo que te rodea,
porque me
arrastras en tu locura
y me
bendices con tu intensidad,
que en el
torrente de sus emociones
sabe
envolver al corazón sereno.
Llueves
como una cascada,
miras dulce
y serenamente,
casi con un
halo de cordura,
caminas en
la cuerda floja y frágil de la estabilidad,
besas como
si el mundo fuera a acabar mañana,
tienes la
certeza de quien sabe que no perdurará,
tropiezas
constantemente hasta encontrar una camisa de fuerzas,
te atas con
conocimiento de causa,
tomas un
antipsicótico y cuando el efecto acaba,
vuelves a
sentirte inmensamente humana.
Yo te
quiero borderline,
aunque tu
lengua no conozca poemas,
aún si tus
ojos no se pasean jamás por un libro desnudo,
sin
importarme que desconozcas de políticas económicas,
aún cuando
temas a ese mundo que está afuera.
Sueñas
cosas que jamás he de darte,
pero amas
como si las tuvieras todas.
Sonríes por
la mañana, deslumbrante,
amilanas el
sístole y el diástole de mi tranquilidad,
despiertas
para que yo te quiera,
me llamas
incansablemente en fase REM.
Desquicias
hasta al ser más racional,
eres un
tratado de psicología moderna,
emanas una
sobredosis de descontrol,
desbordas
de amor al poeta incauto,
despiertas
los versos de la desilusión.
Te escurres
como un animal rastrero,
sin que
nadie adivine cuál depara tu historia,
retrocedes
ante un rastro de intimidad,
pero tienes
problemas con el abandono.
Tienes un
nombre distinto cada vez,
sin cambiar
la mirada profundamente sensible
cada vez
que te postras en mi cama,
cuando
abres tu cuerpo a mis caricias,
cuando
posas tu cabeza en mi piel,
cuando me
haces sentir que moriré mañana.
Eres un
derroche de co-dependencia.
Yo te
quiero borderline,
despiertas
mis más anhelados deseos
y me
enfrentas con el más terrible de mis miedos,
me
aceleras, me descontrolas, me asfixias y me sueltas,
muerdes la
estaca clavada en mi alma,
desenfrenas
el silencio de papel que soy,
eres
bendita omnipresencia,
un suspiro
que no acaba de exhalarse.
la
sublimación de este ser terrenal y perecedero.
Yo te
quiero, y no podría amarte menos,
aunque el
psicoanálisis me diga que aniquilas como un veneno,
porque eres
mi descontrol…y yo, tu sosiego.
LYCETTE SCOTT
2 comentarios:
Es precioso. Ojala tuviera alguien que me dijera eso tan hermoso.
Algún día superaremos el TLP y el dolor junto al vacío cesará.
Laura
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